Muchas veces he oído decir que la voz de Sabina deja mucho que desear y que su deterioro a lo largo del tiempo ha sido notorio. Sería bastante realista estando de acuerdo con eso, pero preferiría bendecir esa voz que muchos califican de decadente porque ella y su dueño me han enseñado, como ningún otro, cuánto se puede disfrutar con una canción. No desconocía lo que me podía emocionar una canción de Joaquín cantada por Joaquín; ahora también sé lo que emociona un "A la orilla de la chimenea" en boca de Serrat y una "Lucía" tan sublime como ésta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Preciosa esta canción, preciosa y sublime, sí señor. Dos genios juntos. No es fácil ver esto todos los días. Tú lo viste. Enhorabuena. :)
Publicar un comentario